29/2/08

Sobre la ambición

Vista la Historia como una cadena de acciones y reacciones, donde a las fuerzas de un grupo se oponen las fuerzas de otro grupo, los dos en busca del poder o la razón mediante la violencia, me preguntaba cuál sería el origen del capitalistmo. No me conformo con los nombres de Bentham, Smith o Keynes.

Entonces, pienso que para evitar caer en una retrospección infinita y sin sentido, buscar el origen humano del sistema torturador, debería buscar una conducta que no es difícil detectar tras todo este tormento: la ambición, manifiesta en el hábito de acumulación material. Leyendo el libro del Eclesiastés me encuentro con lo siguiente:

"Una cosa realmente lamentable he visto en este mundo: que el amontonar riquezas va en perjuicio de su dueño"(1)

"El que ama el dinero, siempre quiere más; el que ama las riquezas, nunca cree tener bastante. Esto es también vana ilusión, porque mientras más se tiene más se gasta. ¿Y qué se gana con tener aparte de contemplar lo que se tiene?"(2)


Estos fragmentos suenan terriblemente actuales, y digo terriblemente pues no es nada alentadora la durabilidad de esta conducta. Pero una realidad dual se construye en este caso con el desmedro de muchos para el beneficio de pocos, y el mismo libro nos da la clave de su época… y de la nuestra:

"No te sorprendas si en algún país ves que se oprime al pobre y que se hace violencia a la justicia y al derecho, porque a un alto oficial lo encubre otro más alto, y otros más altos oficiales encubren a estos dos. ¡Y a eso se le llama progreso del país y estar el rey al servicio del campo!"(3)


Maldita dicotomía social, ambición de por medio, que subsume al pobre en la opresión y lo empobrece aún más. ¿Podremos dar vuelta la tortilla? Es probable, pero eso implicaría adoptar sus métodos y yo ante todo soy un humanista. Me niego a ello. Sé que suena tibio, a mí también me parece poco decidido, pero no creo que la violencia genere a la larga buenas realidades. O al menos algo mejor que la actual. Tomaré para cerrar unos versos de Vinicius de Moraes, fragmento de "Mensaje a la poesía":

"…Oh, pídanle
Que me perdone, a su triste e inconstante amigo
A quien le fue dado perderse de amor por su semejante
A quien le fue dado perderse de amor por una casita
Por un jardín al frente, por una niña de rojo
A quien le fue dado perderse por amor al derecho
De todos a tener una casita, un jardín al frente
Y una niña de rojo; y a quien perdiéndose
Le es dulce perderse…
Por eso convénzanla, explíquenle que es terrible
Pídanle de rodillas que no me olvide, que me ame
Que me espere, porque soy suyo; sólo suyo, pero que ahora
Es más fuerte que yo, no puedo ir
No es posible
Me es totalmente imposible
No, no puede ser
Es imposible
No puedo."
(4)


NOTAS
(1) Ec. 5. 13.
(2) Ec. 5. 10-11.
(3) Ec. 5. 8-9.
(4) MORAES, V, Antología poética, trad. por María Rosa Oliver. Buenos Aires: De la flor, 1970, pp. 150-151.