30/4/07

Sobre la Minería

Uranio en el Sur Mendocino Sierra Pintada es un yacimiento de uranio en el sur mendocino que estuvo en actividad hasta 1997. Hoy la CNEA (Comisión Nacional de Energía Atómica), en connivencia con la multinacional Mega Uranium, tiene en mente reabrir la mina, sin pensar en los residuos que han quedado desde el cierre hace diez años ni en los futuros desechos. En el año 2003, el Ministro de Ambiente y Obras Públicas, Francisco Morandini, se opuso a la reapertura hasta la realización de un estudio ambiental para la limpieza y planificación de dichos residuos.

El uranio está presente en dosis ínfimas en el aire, en el agua, en la tierra, en nuestros cuerpos. Es liberado por las rocas removidas y transportado por el aire hasta posarse en la superficie de nuevas rocas o cursos de agua. La ingesta de alimentos o el contacto con suelos que posean una mayor concentración puede producir enfermedades de riñón o hígado; la exposición a concentraciones mayores es ciertamente cancerígena.


En San Rafael, la disputa mayor es entre los empresarios. Por una parte, los empresarios mineros que se justifican con la mayor demanda a nivel mundial del metal (pues el uranio es un metal, no un mineral), cuyo precio ha subido en los últimos cuatro años de menos de U$S 10 a U$S 115 por kilogramo, y, por otra parte, los empresarios vitivinícolas, que verían perjudicadas sus ventas por la cercanía de un yacimiento minero de estas características.

Frente a este panorama, la pregunta cae de madura: ¿Es necesaria la explotación de un yacimiento de uranio? En el país existen sólo dos centrales nucleares (Atucha y Embalse) que producen cerca del 8% de la energía eléctrica de Argentina. A nivel mundial, la cifra se eleva a menos del 20%. El principal interés, sobre todo teniendo en cuenta que la empresa capitalista en este proyecto es extranjera, parece ser otro que el de generar energía. El uranio se puede utilizar para la fabricación de vidrio, para la coloración de cerámicas, para la producción de energía eléctrica y para la fabricación de armas nucleares.

Se cree que la mina aún cuenta con unas 2500 toneladas extraíbles, tarea a desarrollarse en 20 años, debido a la capacidad de la planta, y que daría trabajo a 200 personas, aunque la producción podría llegar hasta 3740 toneladas, lo que significaría ganancias de más de U$S 430 millones. También se dice que la prioridad de venta del metal es interna.

Ahora bien, para la instalación de una planta de este tipo es necesario realizar un plebiscito. A tal efecto, se le encargó a la mismísima CNEA la confección de una encuesta a los habitantes de San Rafael, encuesta que, obviamente, fue muy parcial en las preguntas y ambigua en la información, pero que, extrañamente, no dio los resultados esperados por la Comisión. Diversos organismos apelan a que la encuesta y cualquier otra medida, incluso los informes sobre el daño ambiental, debe ser hecha por una organización independiente.

Hace algunos años, en Despeñaderos, localidad a unos 40 kilómetros de la Ciudad de Córdoba, intentó radicarse la empresa Dioxitec, que hoy opera para la central de Atucha. En esa ocasión, los agricultores de la zona realizaron un "tractorazo", atemorizados por las consecuencias que podrían surgir en sus cultivos por la cercanía de una planta de tales características. El biólogo Raúl Montenegro opina que la auditoría realizada por una empresa independiente es urgente, pues no debe permitirse la reapertura de un yacimiento que ya oculta más de 1000 toneladas de residuos enterradas en 5000 tambos y que tiene un depósito de 1200000 m3 de agua contaminadas con los desechos del uranio, entre ellos, el radio, cuya vida media es de 1620 años. A esto hay que agregar 1700000 toneladas de colas de uranio.

Otra pregunta cabe a raíz de todo esto: ¿Hasta qué punto debemos explotar algo que no vamos a utilizar, cuyo único fin, a mi modesto entender, es la venta del material para la fabricación de armas? Sierra Pintada es un doble asesinato: el de sus trabajadores y vecinos, y el de los atacados por los países en guerra con las armas fabricadas con uranio.

Mendoza debe reaccionar esta vez.

26/4/07

Sobre la TV

La importancia de la TV A mediados de la década del 60, dos teóricos, uno canadiense, otro italiano, generaron un debate sobre la Televisión como medio comunicativo, pero, principalmente, sobre el mensaje en dicho medio. Marshall McLuhan proponía algunos conceptos interesantes sobre la historia de la cultura, conceptos que terminaban en el, hasta ese momento, último eslabón de la cadena: la TV. Su obra más importante da fe de ello desde su título: El medio es el mensaje. Allí postula que todo lo que se emita por TV tiene un mensaje común que no puede ser adaptado a las necesidades de cada programa, por extensión, el medio genera un público específico. Por su parte, Umberto Eco proponía que el mensaje depende del receptor, y distinguía dos tipos de ellos: uno, descreído, reservado; otro, totalmente absorto por el medio. Apocalíptico e integrado, el nombre con que designó a cada uno de esos tipos, también el título de uno de sus libros más comentados.

Lo que sucede hoy en día es atroz. Encontramos una programación que no tiene cultura, entonces pienso si el medio es el mensaje, significa que la TV siempre será basura. Frente a esta postura, la de Eco parece más viable, pues no le quita protagonismo al ser humano, quien elige qué actitud tomar respecto del medio de comunicación.

No se debe creer que justifico el contenido de sus programas, pero en nosotros está la decisión de ver o no un determinado programa, pues no por el hecho de tener un TV se debe ver todo lo que se produce, aunque esta parezca la actitud de algunos. Sobre todo de esos programas misteriosísimos que tratan de la vida privada de los integrantes de nuestra farándula, extrañamente conducidos por una sarta de idiotas de quienes no se sabe nada.


Sinceramente no sé si es el programa más visto actualmente, pero seguro el más alienante, en el sentido de enajenamiento de la esencia del ser humano, a quien no quiero creer estúpido por naturaleza, más bien estúpido por manipulación de algunos sectores muy interesados en generar una masa de idiotas a quienes se puede comprar con un par de tetas. Aún no logro entender cuál es la conexión entre un servicio de Internet y los glúteos de una mujer (quizá el hecho de que en la Red se pueda encontrar muchas fotos y videos), o de una cerveza y esas cosas plásticas que imagino tan desagradables al tacto.


McLuhan distingue dos tipos de medios: los fríos y los calientes. A mayor cantidad de información suministrada más caliente es considerado; en este contexto, la TV, según el autor, es un medio caliente, y como el espectador no tiene que participar completando esa información, su papel pasivo es catalogado como frío. Este punto es de vital importancia si tenemos en cuenta que el medio se ha arraigado tanto en nuestras vidas que podemos pasar muchas horas frente al aparato ejercitando nuestra pasividad y nuestros malos ocios. Sucede que luego salimos a la calle y compramos cada basura vista en TV (As seen on TV, o, más bien, Ass seen on TV).

Todo este rodeo para recaer en la recomendación esperable: no creas en todo lo que ves en la pantalla. Yo prefiero pensar en una especie de conspiración política que manipula los medios para crear idiotas, seres sin raciocinio y sin conciencia y sin memoria. Creo que desde hace unos diecisiete años, con el comienzo del proceso menemista, fatal para cualquier persona sensata, la decadencia es inminente y terrible. Dos personajes han copado los horarios desde aquel entonces: Jorge Rial y Marcelo Tinelli; sus programas son muy vistos, alienantes y cada vez con contenidos más bajos.


La hipótesis de la conspiración puede parecer un tanto paranoica, digna de un universitario activista, joven e inexperto, pero es preferible no descartarla hasta poder demostrar lo contrario, pues difícilmente traiga consecuencias negativas el pensar de esta forma. Debemos ser "apocaplípticos", hablando a nivel de los medios de comunicación; debemos aprender a integrarlos en la medida en que no tornen nuestra participación en algo pasivo. Frente a estas corporaciones, existen otros medios de comunicación masiva, los llamados "individuales", que permiten ser controlados por quien lo desee (aquí debe leerse: celulares e Internet), dando lugar a una participación altamente activa en el mensaje. De ellos hablaré en otra ocasión.