3/9/07

Riqueza y Honestidad, ¿complemento o dicotomía? En la cultura tradicional de Oriente hay dos pilares que parecen irreconciliables a nuestros ojos occidentales: la Riqueza y la Honestidad. Se busca la Riqueza, sin el desmedro de la de otros o en perjuicio de sus derechos, pero en las sociedades capitalistas la búsqueda implica acumulación y no tiene reparo en utilizar formas non sanctas para conseguirla. Un buen ejemplo es el "mecenas" japonés; dicen que en los últimos meses en todo ese país se han encontrado innumerables sobres con dinero en los baños públicos y en los buzones de las casas, incluso algunos dicen haber visto caer billetes desde el cielo, como si un avión los repartiera. El sobre que contiene una cifra equivalente a 60 euros, incluye un mensaje: "utiliza este dinero para tu edificación personal". Lo cierto es que las comisarías japonesas están abarrotadas de sobres devueltos y no saben qué hacer con ellos, puesto que el Mecenas es anónimo. Otro ejemplo podemos tomar de China, donde se ha desarrollado un video juego en que se debe ir matando políticos corruptos, con diferentes armas y métodos. Este juego fue diseñado en una ciudad donde años atrás se registró un bochornoso episodio de corrupción y tiene como objetivo concientizar a los jóvenes chinos sobre el tema.


Pero no nos desviemos del tema. Establezcamos dos métodos diferentes para la consecución de la Riqueza: el occidental, salvaje, y egoísta; y el oriental, prudente y menos inhumano. Yo me pregunto, ¿cuál es el fin de la acumulación? Ninguno. Entonces, acumular por acumular es algo que no tiene sentido, y lamentablemente las vidas de las personas de los países del primer mundo no tienen sentido. Pensemos en las colas que hicieron en los locales estadounidenses durante toda una noche para comprar el nuevo celular de la empresa Mac. O sea, esas personas no tienen motivaciones concretas más que lo material y por eso su mundito los sorprende. Claro, siempre es más fácil dar espejitos brillantes que buenos ejemplos. Pero también podemos pensar que la motivación del acumular riquezas es el Poder, como insinúa Arlt en Los siete locos: "El dinero convierte al hombre en un dios. Luego Ford, es un dios. Si es un dios puede destruir la luna" (LSL, Buenos Aires: Losada, 2004, p. 180)



El caso de China es excepcional, pues ellos son un país con una larga tradición filosófica, y que no han sufrido grandes colonizaciones. A su vez, el gobierno dice ser comunista, pero esclaviza a su gente por dar acceso al mundo entero a la tecnología. Pensemos en la diferencia de los costos de un aparato tecnológico chino frente a uno europeo o norteamericano. El comunismo de China está en hacer accesible la tecnología al mundo entero, pero con esclavitud. Sin embargo, en esos países orientales pueden verse vestigios del pensamiento de Confucio.


"No dar importancia a lo principal, es decir, al cultivo de la inteligencia y del carácter, y buscar sólo lo accesorio, es decir, las riquezas, sólo puede dar lugar a la perversión de los sentimientos del pueblo, el cual también valorará únicamente las riquezas y se entregará sin freno al robo y al saqueo"


La cita pertenece al primero de los cuatro libros clásicos de Confucio (Kung-Fu-Tsu, o sea, Kung, el sabio), una serie de aforismos que contienen sus enseñanzas. Los mismos fueron reunidos y ordenados por los discípulos del filósofo. Este concepto de acumulación material, es algo puramente capitalista, que no busca la estabilidad o el bienestar, el buen pasar, sino más bien el Poder económico, el sometimiento de la clase trabajadora. Es una muestra ineluctable de rapacidad, un comportamiento que nos conduce a repensar el concepto de humanidad, pues si antes decíamos Animal a quien se comportase de manera inadecuada, hoy no podemos decirlo, ya que ese comportamiento inadecuado es imposible de encontrar en el reino animal: ellos no violan hembras, sino que procrean; no se matan por intereses particulares; los peces no fabrican cañas de pescar, ni las mariposas redes, ni los elefantes tocan el piano.

Hoy la situación me hace recordar dos novelas que siguen siendo actuales, a pesar de los años: 1984, de Orwell, y Brave new world, de Huxley. Es el Poder económico el que moviliza a los gobiernos, los políticos son a su vez empresarios. Ariel Dorfman se burlaba de los escritores yanquis, diciendo que ni ellos hubieran imaginado a un actor de Hollywood en la Casa Blanca, refiriéndose a Ronald Reagan. ¿Recuerdan quién era su compañero de fórmula? George Bush padre, quien había sido un alto funcionario de la CIA en la década del 70.